Cuando la esperanza y el trabajo compartido, vencen la violencia en Haití

Esta semana hará un mes que regresamos Laura (Responsable de Caribe y Nicaragua en sede) y yo de Haití. Salimos del país con el corazón agrandado de esperanza, compromiso firme por defender el derecho a la educación de niños y niñas de 16 escuelas, y la admiración por un equipo que, contra viento y marea, se juega la vida para hacer de la escuela un oasis de seguridad, una oportunidad para niños y niñas y una herramienta de transformación social.

Llevábamos 3 años sin poder realizar una Mesa técnica presencial, espacio convocado por Fe y Alegría Haití, en el que tradicionalmente participan las directoras de las 16 escuelas en el país y demás «amigos/as institucionales».

3 años en los que la pandemia por COVID, la violencia en el país (asesinato del Presidente en julio de 2021, gangs que controlan el país instaurando el miedo -secuestros, asesinatos, control del combustible, robos-…) y las catástrofes naturales (terremoto agosto 2021), han hecho estragos.

Pese a todo, logramos reunirnos en Ouanamenth 13 directoras/es, el equipo de la Oficina Nacional y nosotras, del 15 al 18 de frebrero de 2023 (no sin desafíos de seguridad para ello).

Fueron días de:

  • Encuentro: pudimos abrazarnos, re-conocernos, escuchar y aportar cada quién desde su realidad, desde su escuela, sintiéndonos parte de una red.
  • Sanación: reímos, cantamos, bailamos, descansamos… fueron días de paréntesis a (la incertidumbre, violencia, preocupación,…continuas).
  • Planificación: identificamos dos retos sobre los que trabajar: 1) educación de calidad intercultural bilingüe, poniendo en valor el Kreyòl como lengua materna; 2) cómo trabajar mejor juntas en red, como movimiento.
  • Esperanza: porque ante la muerte y el miedo, cada día que una escuela abre sus puertas, hay una oportunidad de transformación social: «el día es mejor».
  • Reflexión: a través del juego fuimos conscientes de que los objetivos los alcanzamos juntos/as; que «la red permite pescar» cuando es difícil hacerlo «con caña». 
  • Aprendizaje: la escucha de cada realidad, la respuesta que cada escuela ofrece, nos posibilitó aprender juntas, llevarnos ideas, generar conexiones… retomando las bases de la educación popular.
  • Niñas y niños: nuestro foco, nuesta razón de ser, nuestro «para qué»…
  • Zumbar: de susurrarnos, de entonar el himno de Fe y Alegría, de danzar, de indignarnos…
  • Alineamiento: trabajamos nuestra identidad como Fe y Alegría, sintiéndonos parte de un Movimiento mucho más amplio, en otras partes del mundo. Reconociendo a la Federaración y las posibilidades que nos ofrece.

Re-cordamos (pasando por el corazón) la historia (y personas) de Fe y Alegría en Haití, vimos cómo estábamos y soñamos juntas un futuro mejor. https://drive.google.com/drive/u/0/folders/1b6hJY8M58vhtRONCpSm-vqbdoinz5WyI

Este verano, cuando la realidad en el país me superaba y me sentía desolada, un jesuita me dijo que a veces, en determinados contextos, es importante ESTAR, aunque poco se pueda HACER. En estos días, el equipo nos daba las gracias, no por haber facilitado el taller, sino por ESTAR. En ese momento os tuvimos presentes  a tantos y tantas, que desde todas las delegaciones, desde sede, ESTÁIS…ESTAMOS!!!

¡¡¡GRACIAS POR VUESTRO COMPROMISO CON EL RETO DELEGACIÓN DE HAITÍ!!!

Creednos, nuestros corazones, el de Laura y el mío propio, ardían estando allá; porque en medio de tanta oscuridad y miedo; junto a un equipo tan comprometido como el de Fe y Alegría, sentimos al Jesús Resucitado!

En tiempos de Cuaresma… la fe y la esperanza nos animan a permanecer junto a Haití y tantos otros rincones del mundo… eso sí, trabajo tampoco falta je,je,je

Gemma López P.
Responsable de América Latina y Caribe.
Área Cooperación Internacional. 

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