En medio de la devastación causada por la DANA en la Comunidad Valenciana, Bakú acogió una cita crucial para impulsar la acción climática y avanzar en la justicia socioambiental.
Mientras en la Comunidad Valenciana y en provincias limítrofes todavía se sentían los efectos de la reciente DANA —que dejó tras de sí una estela de muerte y destrucción—, el 11 de noviembre comenzó en Bakú, Azerbaiyán, la 29ª Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, más conocida como COP29. En aquel momento, el planeta seguía sufriendo las consecuencias más graves del cambio climático, acercándose peligrosamente al límite de los 1,5 °C de calentamiento global acordado en el Acuerdo de París.
¿Qué fue la COP29?
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) reunió en 2024 a líderes, representantes de ONGs, empresas, científicos, comunidades indígenas y grupos de la sociedad civil para definir las líneas de acción climática global. Desde 1995, estas cumbres han sido espacios de negociación y compromiso. En esta ocasión, la COP29 se presentó como una “COP sobre financiación”, un foro en el que se buscaba alcanzar un nuevo acuerdo para asegurar una financiación climática ambiciosa y sostenible.
En 2023, la COP28 celebrada en Dubái había reconocido formalmente la necesidad de abandonar los combustibles fósiles. Sin embargo, quedaba un largo camino para lograr una verdadera transición hacia fuentes de energía limpias y sostenibles que dejaran atrás el carbón, el petróleo y el gas.
Nuestro compromiso con la Justicia Socioambiental
Desde Alboan y Entreculturas, seguimos de cerca el desarrollo de estas cumbres en el marco de nuestra misión por la justicia socioambiental y el cuidado de nuestra Casa Común. Durante la COP29, fue fundamental que las delegaciones respondieran al alarmante aumento de las temperaturas y de las emisiones globales.
En la misma línea, los Jesuitas por la Justicia Climática hicieron un llamamiento urgente para que se adoptaran acciones decisivas, como la activación del Fondo de Pérdidas y Daños, la cancelación de la deuda climática y la promoción de transiciones energéticas justas. Inspirado por figuras como Francisco de Asís, Juliana de Norwich e Ignacio de Loyola, el padre James Hanvey, SJ, nos recordó la importancia de proteger la vida y celebrar la interconexión de todos los seres vivos en la Tierra.
