Y lo más importante: cada quien puso la vida en juego (corazón y cabeza) con sus ilusiones, sus búsquedas, sus dudas y certezas, sus miedos y valentías. Y al ponerlas en juego se van entretejiendo, se va haciendo el grupo, el vínculo, la amistad en sí misma y al servicio de tan precioso proyecto. Vidas dispuestas a «echar raíces hondas en la realidad fronteriza», a vislumbrar otro horizonte, a enlazar realidades, a hacerse vulnerables y, desde ahí, ver las cosas importantes y dejarse convertir… Quieren encontrar, encontrarse y aprender; acoger en la propia vida la vida de otras personas.
«A lo mejor esta experiencia te sirve para cambiar. ¿Por qué no intentarlo?»
Un auténtico lujo para quien fue testigo de tanta vida dispuesta…
(Nota: en la foto falta Yeni López – fundamental en este proyecto – y alguna otra compañera de MAGIS).
