Cuando 10 dólares marcan la diferencia en la República Democrática del Congo

Aunque nuestra visita a Kikwit (República Democrática del Congo) es breve, empiezo a hacerme una idea de algunos de los retos que enfrenta el sistema educativo congolés tras conversar con madres, padres, docentes y equipos directivos de varias escuelas de educación primaria: la precariedad de las infraestructuras, la escasez de material escolar y pedagógico, el bajo nivel y las estrategias pedagógicas de la gran mayoría de los y las docentes, que parecen anclados en el pasado, la falta de implicación y participación del entorno familiar en la vida educativa, etc. Pero hay un factor aún más determinante, que marca la diferencia y decide si estás dentro o fuera: las tasas de matrícula.

En la RD Congo el salario del profesorado de educación primaria es demasiado bajo (aproximadamente 85 dólares al mes) y no es pagado con regularidad. Para tratar de paliar la falta de respuesta del Ministerio de Educación las familias tienen que pagar una tasa de matrícula cada trimestre para complementar los salarios, que en Kikwit ronda los 15.000 FC por estudiante de primaria al año (unos 10 dólares). ¿Qué sucede cuando la familia no puede hacer frente a este pago? La respuesta es muy sencilla, se expulsa al alumno/a de la escuela. Los fallos del sistema educativo nacional dejan fuera a las personas más vulnerables y quienes no pueden permitirse pagar 10 dólares al año son excluidos y despojados de la más mínima oportunidad de prosperar, de cambiar su destino.  

Buscar una respuesta a esta dinámica tan injusta será sin duda uno de los retos más importantes para Fe y Alegría RD Congo. En nuestro ADN está grabada la defensa de la educación como la herramienta más poderosa para cambiar vidas y realidades, y la situación en RD Congo es la prueba de que aún hoy en día las personas más vulnerables están siendo despojadas de su dignidad al serles negado un derecho fundamental, el derecho a la educación.  

Fe y Alegría trabaja en 3 redes educativas en el Oeste del país (en Kikwit, Kisantu y Kimwneza) donde poco a poco consolida su presencia a través de la puesta en marcha de varios programas: alfabetización a través de la radio en kikongo, la lengua local; formación en pedagogía y gestión al profesorado de educación primaria y los equipos directivos; educación en valores para jóvenes y familias y dos pequeños proyectos piloto que han comenzado este curso, un módulo de educación preescolar en una zona rural y un curso de alfabetización funcional para niños/as y jóvenes que nunca han ido a la escuela o la abandonaron en los primeros cursos de la educación primaria.

El camino de Fe y Alegría en RD Congo es largo y retador, pero ya cuenta con personas convencidas del poder transformador de la educación para mejorar la realidad educativa de este pedazo del país.

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