El pasado 6 de febrero conmemoramos el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina. Según los últimos datos, más de 200 millones de niñas en el mundo han sufrido esta lacra.
La Covid-19 está frenando los avances relativos a la protección de las niñas y a la eliminación de prácticas dañinas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina. Según UNESCO, se estima que en los próximos años se producirán un total de 2 millones de mutilaciones adicionales.
Desde Entreculturas quisimos expresar nuestra preocupación y reivindicar la necesaria erradicación de este tipo de tortura. Preocupación que compartimos también a través de la coalición NO QUIERO, de la que formamos parte junto con Amnistía Internacional, Save the Children y Mundo Cooperante.
“Pienso que la mutilación genital femenina es una forma de tortura, pues se hace contra la voluntad de las niñas y les causa gran daño. La educación es importante en la lucha contra la mutilación genital femenina porque permite a las niñas conocer sus derechos, sus responsabilidades y su importancia en la sociedad”.
Erbye Deepe es monitora comunitaria de Fe y Alegría Chad en Mongo, en la región de Guéra, una de las zonas con los índices más altos de mutilación genital femenina, ya que en la región el 90% de las mujeres han sido mutiladas.
Desde La Luz de las Niñas estamos actuando, junto con nuestros socios Fe y Alegría y el Servicio Jesuita a Refugiados, comprometidos en la lucha contra la Mutilación Genital Femenina y reivindicando el respeto a las niñas y su derecho a crecer libres de violencia.