La cuestión de la transmisión de la fe está estrechamente vinculada a la primera de las preferencias apostólicas universales, mostrar el camino hacia Dios. Una de las cuatro áreas vitales que la Compañía de Jesús se ha dado como punto de referencia en el mundo de hoy.
Fueron 3 intensas jornadas en las que a través de ponencias, talleres y experiencias vitales fuimos recorriendo un camino interior personal para situarnos cada uno de nosotros en nuestro propio camino.
El hilo conductor fueron 4 verbos que nos acompañaron: REVIVIR mi camino de fe a partir de lo que nos une con los demás. Nos debemos preguntar cuáles son nuestros compromisos. Ser consciente de nuestros miedos. Miedos que nos construyen. Para entrar en esta dinámica de instrospección, nos pusimos en actitud de escucha a través de oraciones guiadas. En todas ellas, la pregunta que resonaba era si ¿crees de todo corazón?. El segundo de los verbos fue RECONOCER las dificultades y obstáculos para la vivencia y transmisión de la fe. No vale con echar las culpas a lo externo. Yo soy también responsable. REAPRENDER que, a pesar de las interferencias y nubarrones que se ciernes sobre la sociedad hoy en día, debemos seguir esperanzados. Debemos actualizar el modo en el que «leemos» los signos hoy en día y sabernos adaptar y responder a las nuevas realidades. Y todo esto, nos debe llevar al último de los verbos: REFLEJAR. ¿Cuáles son los modos de mi SER que ayudan a reflejar la fe. Hemos de reflejar la luz que desprendemos, y esta es directamente proporcional a la capacidad de amar.
La conclusión es que no podemos dar aquello que no tenemos. En la fe, tampoco. Entregarnos totalmente, es también entregar nuestras miserias, se nos recordaba.
En definitiva, hemos de ilusionarnos con el amor de Cristo. Nuestro referente.
Unas jornadas que nos han ayudado a regresar a nuestros respectivos lugares cargados de ilusión y renovados. Dispuestos a seguir trabajando por el Reino y esperando con ilusión el próximo encuentro … pero eso ya, el año que viene.
El sector social, como no podía ser de otra manera, estuvo muy bien representado y tuvimos oportunidad de reencontrarnos y reconocernos aquellos que aún no nos conocíamos. En las fotos podéis ver a algunos de los asistentes. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. ¡Lo más duro del encuentro fue reunirnos todos a la vez para una foto! Eso indica el grado de implicación del sector social en esta asamblea anual.
(El vídeo del principio ayudará a hacerse una idea más precisa de lo vivido estos días)