Esta semana y hasta el día 22 está teniendo lugar el 63er período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de Naciones Unidas. Tiene como objetivo hacer seguimiento de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y del vigésimo tercer período extraordinario de
sesiones de la Asamblea General, titulado “La mujer en el año 2000: igualdad entre los géneros, desarrollo y paz para el siglo XXI”
Join the fight for gender equality!
We invite accredited NGOs from all over the world to #CSW63 in New York in March 2019 to join thousands of activists speaking out and demanding change. Register: https://t.co/yuOaRAI4do pic.twitter.com/XZLxnaRR8G
— United Nations CSW (@UN_CSW) December 21, 2018
Haciendo valer del reconocimiento de la Federación Internacional Fe y Alegría como entidad consultiva por el Consejo Económico y Social, hemos presentado conjuntamente con el Servicio Jesuita a Refugiados una Declaración conjunta sobre las niñas y las violencias a las que se enfrentan que ha sido registrada para tener en cuenta en las sesiones del próximo mes de marzo (y que bebe del último Informe Rojo y por tanto de la Campaña La Luz de las Niñas).
En ella denunciamos la realidad de las millones de niñas y adolescentes, principalmente aquellas que viven en situación de pobreza, son migrantes o refugiadas, tienen diversidad funcional o
pertenecen a alguna etnia, son objeto de múltiples discriminaciones, violencia física
y emocional. Defendemos que la educación es una clave fundamental para acabar con esta lacra,
aunque no la única. Es urgente abordar la realidad de desigualdad y violencia contra las niñas de manera integral. La explotación sexual o laboral, la mutilación genital o los matrimonios a muy temprana edad constituyen diferentes tipos de violencia que impactan gravemente en la autonomía, la autoestima y la salud de las niñas. Esta realidad de injusticia es una de las violaciones más persistentes, sistemáticas y generalizadas de los derechos humanos. La violencia contra las niñas tiene su origen en las desigualdades de género presentes en todas las estructuras sociales y su existencia es consecuencia de su discriminación.
Alertamos sobre la débil capacidad institucional para acabar con esta realidad y la ausencia de mecanismos de denuncia y protección de las niñas. A pesar de la existencia de la Convención sobre los Derechos del Niño y de que son muchos los países que se han dotado de una legislación que, en distinto grado, protege a la infancia, no es evidente que la existencia de una política o marco legal suponga su
aplicación ya que no siempre hay voluntad o medios para hacer cumplir la regulación existente. Además, en la mayoría de los casos las niñas y adolescentes desconocen sus derechos, tienen miedo a ser estigmatizadas o dudan sobre cómo reportar los casos de violencia.
Entre los titulares que damos, manifestamos que en las niñas confluyen dos condiciones que las hacen vulnerables a las situaciones de violencia: su género (ser mujeres) y su edad (la fase de desarrollo vital de infancia o de adolescencia en la que se encuentran). Estas condiciones y las prácticas nocivas asociadas a ellas comportan un riesgo de violencia en multitud de contextos socioeconómicos y culturales.
María Lafuente y yo misma estamos participando de manera presencial en las sesiones de la Comisión (la programación puede consultarse aquí) e invitamos a seguir tanto las redes sociales de Entreculturas y Federación Int. Fe y Alegría como a leer la declaración completa aquí.
Además, han activado una cuenta de Twitter sobre la Comisión donde seguir la actualidad de la misma.