En el mes de mayo, la obra social “la Caixa” abrió una convocatoria para propuestas innovadoras que contribuyan al fomento del empleo de jóvenes y mujeres en Perú y Mozambique.
Esta convocatoria no era como las demás… proponía una nueva metodología, nos retaba en proponer nuevas maneras de pensar y hacer las cosas: impulsar una plataforma de actores para que, desde la complementariedad de competencias y experiencias, y con una participación activa y protagonista de la población beneficiaria, podamos profundizar en la realidad y problemática del empleo y generación de ingresos de jóvenes y mujeres de zonas vulnerables de Perú. Un conocimiento más profundo de la realidad, de las aspiraciones, valores y expectativas de la población joven y de las mujeres, que nos permita luego convocar al conjunto de actores de los territorios, para pensar juntos en posibles alternativas, diferentes, innovadoras, que se puedan implementar y prototipar, con el compromiso de todos, valorando sus resultados e impacto, nivel de apropiación y escalabilidad. En esta propuesta no se trataba de plantear grandes logros de un proyecto “nuestro”, sino de plantear cómo impulsar procesos, dinámicas, en las que mejorar la situación del empleo y generación de ingresos de jóvenes y mujeres se vuelvan una prioridad para el conjunto de actores, para que no sea el proyecto de un grupo, sino un proyecto de los propios jóvenes y mujeres apoyado por el conjunto de actores.
En esta aventura nos hemos lanzado como Entreculturas de la mano con otras 4 instituciones, tres de ellas contrapartes nuestras desde hace muchos años: Fe y Alegría Perú y los centros sociales de la Compañía en Perú que con el SAIPE y el CCAIJO, y una cuarta, cercana a Fe y Alegría, que es la Fundación AVSI Perú, especialista en empleo juvenil y en procesos productivos con relación al mercado. La Universidad de los jesuitas en Perú, la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, también se comprometió con nosotros en el proceso.
Nos propusimos una intervención en dos territorios muy vulnerables a nivel nacional y en los cuales tenemos, como Entreculturas y como Consorcio, mucha experiencia, credibilidad y conocimiento: la provincia de Quispicanchi, en la región de Cuzco, y la provincia de Condorcanqui, en la región de Amazonas. Ambos territorios son territorios indígenas (andino y amazónico), rurales, con una alta proporción de población en situación de vulnerabilidad, pero a la vez territorios con grandes potenciales productivos, sociales, culturales y medio ambientales. Ambos territorios son representativos de las zonas más pobres a nivel nacional: ámbitos rurales andinos y amazónicos.
En esta propuesta, de 2 años y 1,7 millón de euros (1,5 millón aporte de “la Caixa), proponemos enfrentar varios retos: lograr una identificación participativa y profunda de las potencialidades y retos del contexto, impulsar un trabajo colaborativo, entre integrantes del consorcio, entre actores del territorio, y entre territorios, para la formulación e implementación de prototipos que contribuyan al empleo y generación de ingresos de población joven y mujeres. No se trata tanto de hacer o conseguir mucho en esta fase, como de impulsar dinámicas colaborativas, entre todos los actores de ambos territorios, y entre ambos territorios, con una participación protagónica de la población, para la implementación de prototipos que puedan ser luego, en una segunda fase, escalables y replicables, tanto en los territorios de intervención como en otras zonas del país con características similares.
Se presentaron 29 propuestas a la convocatoria y se preseleccionaron 06 que “la Caixa” vino a conocer en terreno, entre las cuales la nuestra. Es así que el día 16 de octubre tuvimos la oportunidad, con todos los socios, de presentar más en detalle nuestra propuesta a una delegación de “la Caixa”.
Pronto sabremos si finalmente “la Caixa” apuesta por nuestra propuesta (solo tienen recursos para financiar una), ojalá. Pero, aunque no fuera así, el proceso de formulación ha sido ya de por sí muy rico en aprendizajes: aprendizajes de construcción conjunta, de plantearse otra manera de trabajar, de reflexionar sobre nuestro rol como articuladores e impulsores de procesos colaborativos. A nivel institucional, ha sido también una experiencia nueva, y con mucho potencial, de trabajo colaborativo entre varias áreas que han participado en la formulación, y participarán también en una eventual ejecución: cooperación, desarrollo institucional, evaluación, innovación, comunicación.