Volver a la casa, al corazón, es lo que significó para mí el haber estado este tiempo en Entreculturas. Así que hoy quiero darles las gracias a todxs!!
Gracias por la acogida, por la confianza y por la oportunidad que me dieron de estar con ustedes este tiempo. ¡¡¡Me encantó hacer parte del equipo y conocerlos!!!
Hoy cierro mi proceso como beca, pero les comparto que estuve en Fe y Alegría desde hace mucho….les cuento que hace aproximadamente unos 11 años yo me encontraba iniciando mis estudios de grado en Cali, Colombia, cuando decidí también ser voluntaria en el Centro Pastoral de la Universidad Javeriana en Cali. Durante toda mi carrera y después de graduarme, participé en diversos proyectos de Fe y Alegría en mi ciudad natal, donde pude conocer comunidades maravillosas y resilientes. Parte de mis compañeros y amigos de grado incluso fueron beneficiarios de los colegios de la compañía. Esta experiencia me cambió la vida totalmente. Me permitió ver a mi propio país con otros ojos.
Recuerdo iniciar a las 7 de la mañana un sábado, al son de los sonidos de los pajaritos y el viento fresco de la mañana para trasladarnos al Fe y Alegría de Aguablanca al oriente de mi ciudad a compartir con un grupo de mayores y escuchar sus historias sobre la vida; o también, cantar con los niños un viernes en la tarde al son de de sus palmas chiquitas y sus saltos con el “chicle más chicle” para recordar la alegría de la vida. O cómo olvidar sentir el aire fresco de la montaña al visitar comunidades campesinas, comer piña recién retirada de la tierra, dormir en las casitas de madera y despertarme con los gallos a las 4 am para conocer la humildad y la entrega profunda de corazón que pueden llegar a tener las personas del campo. El haber acompañado a realizar una frijolada comunitaria o un sancocho comunitario en Altos de la Cruz con las subidas en las “gualas” y las vistas de mi ciudad, tan golpeada y tan resistente, donde se reciben abrazos cálidos y se escuchan sonrisas.
Aunque son recuerdos, aún los tengo muy presentes en mi vida porque me marcaron y es una de las cosas por las que siempre estaré agradecida. Fe y Alegría impactó mi vida y me hizo apreciar el lugar de dónde vengo y sentirme orgullosa de llevar todo lo que soy a donde quiera que vaya. Ahora, haber estado sentada en el lugar donde todo nace, ver el detrás de cámara de lo que todo un equipo humano hace con entrega, empatía y compromiso me llena el corazón. Cada vez que escucho que hacen algo en mi país me emociono mucho. Así que, ¡Muchas gracias a todos ustedes y a todo Entreculturas por apostar al talento humano que tenemos en Colombia y en Latinoamérica! Gracias por incomodarse para construir con otros.
Seguimos llevando el lema“…que en todo conocimiento interno de tanto bien recibido, para que yo enteramente reconociendo, pueda en todo AMAR Y SERVIR”.
Les comparto una de mis canciones favoritas que solíamos escuchar en el voluntariado. Es un himno a la esperanza!: https://www.youtube.com/watch?v=JCWGOUlqq4k
Por último pero no menos importante, he visto con mis propios ojos cómo las vidas se transforman por su trabajo diario…así que nunca lo olviden, su trabajo cambia vidas!!
Para la muestra un ejemplo: aquí un video de la fundación creada por un compañero de Universidad que es egresado de un colegio de Fe y Alegría en Cali. Su fundación se llama «Ser para Ser» que contribuye a la transformación social. El es una semillita grande (de las muchas que ustedes dejan) resultado de su trabajo como Entreculturas!!
https://m.youtube.com/watch?fbclid=PAAaajFC_9aiv6rsPdbLupUGHHi7iqhMEHPPKd8Vr-YtWkowOtYcIsc0zKsGo&v=Djyofsjsrck&feature=youtu.be
Gracias miles!
Con cariño y hasta pronto,
Laura.