Vínculos de compromiso y gratitud

Hoy quiero compartir con entusiasmo mi experiencia el pasado 12, 13 y 14 de febrero en Valladolid en la formación sobre Sector Social en España. Debo confesar que aunque llevo cuatro meses trabajando como Técnica de Empresas y RSC específicamente para el Sector, entenderlo no me ha resultado tan fácil y quizá por eso, me apunté a esta formación con muchas expectativas.

Tuve la fortuna de ir con algunos compañeros de Entreculturas, esto me ayudó a romper más el hielo, identificar puntos comunes así seamos parte de diferentes equipos y compartir las experiencias después de las sesiones que estaban planeadas en los talleres. Además, nunca nos faltaron buenos temas de conversación.

La formación entonces fue toda una experiencia, tuve la oportunidad de conocer a muchas personas que cada día trabajan desde diferentes áreas por mejorar la calidad de vida de niños, niñas, adolescentes, jóvenes, mujeres, población migrante, entre otros. Desde diferentes rincones de España nos agrupamos para compartir el alcance e impacto de lo que hace la Compañía de Jesús en este país, y pude entender cómo Entreculturas, forma parte de un proyecto conjunto mucho más grande que camina a paso constante hacia la justicia social.

Las actividades de los talleres fueron planteadas para fomentar el compartir y la reflexión:

  • A través de su testimonio, vimos la entereza y compromiso de Pady quien supo desde siempre su vocación por el servicio y ha trabajado a lo largo de su vida para apoyar procesos de acogida, así mismo, nos conmovimos y llenamos de admiración con el testimonio de Mandi, un hombre senegalés que es un ejemplo de resiliencia y fortaleza, cuya sonrisa no desapareció incluso en las partes más difíciles del relato de su historia migratoria.
  • Hicimos una caminata entre un bosque que nos permitió desconectar con la cotidianidad y conectar con nosotras mismas, con la naturaleza y con quienes estábamos ahí.
  • Vimos la Casa Ana Leal, un lugar de amor y respeto para familias en situación vulnerable, donde se convive, se aprende y se crece cada día.
  • Visitamos INEA y su proyecto de huertos, entendiendo cómo la empresa y el medio ambiente conviven para generar una economía sostenible, un lugar que además cuenta historias de las personas que participan, que enseña el compromiso con la naturaleza y promueve la innovación y el trabajo en comunidad.
  • Tuvimos espacios de reflexión personal, en parejas, en grupos pequeños y en plenaria sobre rasgos personales y de las obras del Sector Social, donde además coincidimos en que son organizaciones donde la persona es el centro de todo, donde las redes son imprescindibles para lograr objetivos y donde se trabaja cada día para transformar esta sociedad hacia una más justa y equitativa.

Sin embargo, puedo decir que lo que más me gustó y superó mis expectativas, fue el planteamiento de las jornadas que promovió la creación de vínculos con otras personas y sus historias, pues me vi reflejada en algunas, me identifiqué con sus sentimientos, me inspiré con su pasión y acciones que realizan, y me motivé a seguir aportando desde lo personal y desde mi trabajo a que este mundo sea más empático y justo.

No puedo finalizar este relato sin reconocer la acogida que sentí durante estos tres días por parte de los formadores, participantes, mis compañeras de Entreculturas y las personas del Centro de formación y espiritualidad Vedruna. Este sentimiento me acompaña desde hace más de un año comencé la beca en Entreculturas, no creo que sea casualidad.

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