Día de la Infancia: niñas, a pesar de todo

Este mes celebramos el 40 Aniversario de nuestra red hermana, el Servicio Jesuita a Refugiados. Junto a ella acompañamos a miles de niñas refugiadas y desplazadas a través de nuestro programa La Luz de las Niñas.

Nsmire tiene 11 años y estudia 2º de secundaria en el Instituto Bukombo, apoyado por el Servicio Jesuita a Refugiados en Masisi, Este de la República Democrática del Congo. Su padre y su madre murieron a raíz del conflicto que asola la región desde hace años y ahora ella y sus cuatro hermanos viven en un refugio en Bonde. Nsmire y su hermano mayor trabajan en un campo de cultivo los fines de semana para poder mantener a la familia. Nsmire es una de las participantes en el programa La Luz de las Niñas, a través del cual la acompañamos y apoyamos para que pueda continuar con sus estudios.

La mitad de las personas refugiadas en el mundo son menores y más de 35 millones de niñas y mujeres son refugiadas o desplazadas. La condición de refugiadas expone a las niñas a riesgos adicionales, como la violencia sexual, el matrimonio infanti y dificultades para continuar con su educación. 

Historias como la de Nsmire obligan a muchas niñas y a sus familias a dejar sus hogares y buscar protección. El pasado 20 de noviembre, celebramos el Día Mundial de la Infancia y nos acordamos de todas las niñas refugiadas y desplazadas que, como Nsmire, luchan por construir su futuro y desean no tener que huir.

En contextos de refugio y desplazamiento forzado, desde Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados promovemos que las escuelas sean lugares de paz y libres de violencia para las niñas. Un espacio para expresarse y sanar sus heridas, para que sigan, a pesar de todo, siendo ninas. 

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