Después de un tiempo alejada de formaciones más largas, he vuelto a sumergirme en el regalo de poder dedicar 4 días a reflexionar, escuchar, repensar y, sobre todo, compartir y conocer como acompañamos desde la diversidad las obras del sector social en la Compañía de Jesús.
El primer recoloque fue estar rodeada de compañeras y compañeros que trabajan en obras del sector social en intervención directa con personas en situación de exclusión. Es otro nivel y modo de situarse, y a mí, en estos días me requirió hacer un ejercicio continuo de traducción y tirar de imaginario, eso sí, con agradecimiento y admiración. El sector es mucho mas que cooperación.
Nosotras en Entreculturas, y también en Alboan, solemos ser más intermediarias, acompañar procesos organizacionales, y en algunos casos tenemos contacto directo con las personas que acompañamos. Este es el caso del programa VOLPA, que tengo la enorme suerte de coordinar, y que conlleva por parte de los voluntarios y voluntarias de los equipos formativos un continuo acompañar de muchos modos y formas.
En eso he andado estos días. Viendo como esto que hemos compartido habla de VOLPA, de un estilo, de una forma que está en continuo proceso de revisión y mejora. Hemos hablado cada una y cada uno desde su expertise que es acompañar, como acompañamos para hacer posible la misión encomendada, como acompañamos también dentro de Entreculturas a las personas que tienen una relación contractual, pero también a las voluntarias, en su desarrollo personal y laboral, y como acompañamos desde nuestra tarea del día a día.
Aquí se me fueron viniendo a la cabeza cada uno y cada una de los más de 40 formadores/as y acompañantes que hacen que VOLPA sea posible en las 10 deles y sedes donde se ofrece la formación, y también se me fueron viniendo a la cabeza a mis compas de equipo: Lourdes, Ainara, Cris, Sonia, Leti y Pablo que en cada espacio compartido están o estamos viendo cómo mejorar los procesos internos de Entreculturas para que quienes leéis esto podáis sentir que Entreculturas es un lugar donde crecer laboral y personalmente. Desde aquí agradecer a mis compas, contratados y voluntarios, con las que aprendo cada día.
Quizá de todo lo tratado estos días lo que más me ha llamado la atención es el punto de la desvinculación como parte del proceso de acompañamiento. La desvinculación es el 6º ámbito del acompañamiento técnico. Acogida, escucha, vinculación, crecimiento/desarrollo, participación y desvinculación que también es nombrado como transvinculación.
Esta es la palabra y la reflexión con la que me quedo, quizá porque en VOLPA desde hace un tiempo estamos poniendo cabeza, corazón y los recursos que se pueden en pensar cómo hacer mejor esa desvinculación de quienes terminan el proceso y de quienes rompen abruptamente. Algo ya veo e intuyo, si hacemos y ponemos recursos y cariño en hacer bien esta desvinculación algo o todo de posibilita.
Se posibilita que quien era voluntario y por cambios de vida ya no pueda, pase a ser colaborador entusiasta; se posibilita que una voluntaria que tras la formación VOLPA no se vaya a terreno se cambien de ciudad y se ponga al servicio del equipo formativo de esa ciudad; se posibilita que un post VOLPA pase a coordinar una dele o entre a trabajar en Entreculturas.
Cuidar, acompañar, esa fase de cierre de ciclo, de cambio vital, no es una pérdida de tiempo o no tiene por qué ser vivido como una ruptura, es acompañar una parte mas del proceso vital, vocacional de una persona para que siga creciendo, para que siga su camino de transformación social y personal, allí donde toque y requiera, el mundo es amplio y diverso.
Agradecida sin duda por este espacio, pero sobre todo por haber podido compartir con Lorena, Maria, Ana, Laura, Jordi, Adriá, Xavi, Rafa, Soco, Gemma, Octavio, Ceci, Zigor, Juanjo, compañeros y compañeras de Migrastudium, Fundación la Vinya, Arrels, Fundación Ellacuria, A moverse y Pueblos Unidos, SJM Valencia, ECCA y Alboan que me han ampliado la mirada y me han conectado con una misión encarnada y amplia de la que sin duda me siento parte.