Aquí

Terremoto, magnicidio, tormentas tropicales, secuestros, inseguridad, COVID-19, ausencia de instituciones democráticas, deterioro político, económico y social. Todo eso está viviendo Haití.

Elevada rotación del personal, incendio, destrucción parcial de oficina y de archivos; esfuerzo, sacrificio, éxitos y fracasos de una organización reducidos a cenizas. Eso sufren nuestros compañeros de Fe y Alegría.

¿Cómo abordar ese diabólico entramado de “wicked problems”?

El Centro Educativo Bas-Canaan se construyó tras el terremoto que asoló el país en enero de 2010 en una zona en la que se instalaron personas afectadas por el seísmo y tenía por finalidad ofrecer una educación de calidad a la infancia desplazada. La construcción se realizó con los materiales disponibles en ese momento -aulas de madera con techos de contrachapado- que no permiten el aislamiento de las altas temperaturas y que imposibilitan la impartición de las clases en las estaciones lluviosas.                      Recientemente, Fe y Alegría ha concluido -con el acompañamiento de Entreculturas- la reconstrucción y equipamiento de 4 aulas de primaria que garantizan las condiciones necesarias para un aprendizaje de calidad para el alumnado. Esta reconstrucción contribuye a evitar la saturación de aquellas aulas (pocas hasta ahora) más aptas para soportar las altas temperaturas o las estaciones de lluvias.

Así, en Bas-Canaan se podrá realizar una mejor planificación del curso escolar, facilitando que todo el alumnado pueda asistir a clase por las mañanas y dedicar tiempo por la tarde al estudio y el ocio. Y de esta forma, el personal docente podrá formarse durante las tardes.

    Aulas rehabilitadas

Continuar avanzando, no rendirse, caerse 1.000 veces y levantarse 1.100, pararse a tomar aire si es necesario y reanudar el camino, reconstruir, rehabilitar, recomenzar. Eso también es Haití.

Viven un contexto asfixiante, hacen frente a múltiples desafíos  y sufren la incertidumbre de saber si lograrán una mejoría que a veces parece utópica. Pese a todo, siguen levantándose cada mañana para dejarse la piel. Por eso y aunque solo fuer a por eso, tenemos que estar aquí.

Alumnas de primaria en las aulas rehabilitadas

Un comentario

  1. Es una señal de esperanza ver esas aulas construidas, a pesar de los pesares. Recuerdo las otras, las construidas en tiempos del terremoto de 2010….qué bueno seguir ALLÍ, donde más falta hace estar. Mucho ánimo, Bárbara y ánimo al equipo de Fe y Alegría por su gran labor a pesar de todas las dificultades!!

Dejar una contestacion